El auge de los golpes de Estado en África: ¿por qué peligra la democracia en la región?
El auge de los golpes de Estado en África: ¿por qué peligra la democracia en la región?
Autora: Estefanía Sofía Venegas García
Estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte de Barranquilla
Resumen: Este artículo pretende hacer una aproximación a las causas estructurales de la ola de golpes de Estado en el continente africano, la cual se ha agudizado en los últimos años. Basando el análisis en una revisión de artículos de prensa y entrevistas a expertos en la región, se afirma que es un fenómeno que responde a un entramado de diferentes factores con un fuerte componente histórico. Primeramente, se exploran las demandas insatisfechas de la población como una de las principales razones. Posteriormente, se expone la persistencia del neocolonialismo francés según la percepción de los golpistas y sus seguidores. Finalmente, se aportan algunas reflexiones sobre el estado de la democracia en África.
Palabras clave: golpe de Estado, África, democracia, junta militar, desigualdad, terrorismo, neocolonialismo.
Introducción
El continente africano ha enfrentado una alarmante ola de golpes de Estado en años recientes. Desde 2010, ha habido 40 golpes de Estado en la región, de los cuales 20 han tenido lugar en África occidental y el Sahel (Dan Suleiman y Onapajo, 2022). Este no es un fenómeno nuevo, sino que se ha manifestado desde la independencia de los Estados africanos. En las décadas de los 60 y 70, había un golpe de Estado en África cada 55 días, y, para entonces, el 90% de los países del continente habían experimentado por lo menos uno de ellos (Dan Suleiman y Onapajo, 2022).
A medida que los países africanos adoptaron principios democráticos, tales como el sufragio universal y las elecciones periódicas, la intensidad de la problemática ha disminuido. Según Paredes (2023), a partir del año 2000 hubo una progresiva reducción de los alzamientos contra los gobiernos en curso. Sin embargo, siguen siendo una amenaza para la estabilidad política en las frágiles democracias africanas, ya que aún enfrentan desafíos estructurales que permiten la continuidad de los golpes hasta la actualidad. Desde 2020, África ha sido el escenario de 7 golpes de Estado que lograron derrocar sus respectivos gobiernos. El primero se dio en Malí, cuando las fuerzas armadas nacionales forzaron la dimisión del presidente Ibrahim Boubacar Keïta e instauraron un gobierno militar de facto, presidido por Ba N’Daou. Su gobierno fue abruptamente terminado por otro golpe de Estado
en mayo de 2021, cuando Assimi Goïta tomó el poder. Al año siguiente, el turno fue para Burkina Faso, que experimentó dos sublevaciones militares en un periodo de 9 meses. El segundo terminó llevó al poder al capitán Ibrahim Traoré. En 2023, el foco de atención internacional se ha dirigido hacia Níger y Gabón, cuyos levantamientos se dieron en julio y agosto, respectivamente.
Este panorama desalentador presenta una grave amenaza para la región, dejando entrever condiciones subyacentes como la debilidad de las instituciones democráticas, la inseguridad y la inestabilidad política. Este artículo pretende explorar los factores que influyen en esta tendencia, teniendo en cuenta la multiplicidad de actores e intereses que influyen en la esfera pública, al igual que la trayectoria histórica de estos elementos. Se sugiere que un análisis profundo sobre dicho tema puede contribuir a la formulación de soluciones efectivas y beneficiosas para las naciones africanas.
Desarrollo
La insatisfacción de demandas sociales, el detonante para la radicalización política
En primer lugar, una de las variables que han impulsado los golpes de Estado ha sido el descontento generalizado entre los ciudadanos, explicado por la ineficiencia de las respuestas gubernamentales a los problemas que aquejan a la región. Según Abdul Zanya Salifu, experto en el área del Sahel, el desempeño de los gobiernos ha sido desastroso, lo que impulsa a la población a apoyar la toma violenta del poder (Maclean, 2022). Una de las cuestiones que más preocupa a los ciudadanos es la expansión y fortalecimiento de los grupos terroristas en la zona, tales como Al Qaeda y el Estado Islámico. Según cifras del Índice Global de Terrorismo, África representa el epicentro mundial del terrorismo yihadista: el Sahel ha sido la región más afectada por la violencia yihadista, al registrar el 43% de las muertes por terrorismo a nivel mundial en el 2023, número que en 2007 era tan sólo el 1%. Del mismo modo, África Subsahariana fue la región que enfrentó el mayor aumento de fallecidos en atentados terroristas con respecto a 2022. Además, 5 de los 10 países más golpeados por el yihadismo son africanos: Burkina Faso, Somalia, Malí, Nigeria y Níger (Departamento de Seguridad Nacional, 2023). No es casualidad que 3 de estos países hayan experimentado golpes de Estado en los últimos años. Por ejemplo, el golpe más reciente en Burkina Faso tuvo como una causa principal la “incapacidad para hacer frente a una insurgencia islamista” del gobierno de Henri Sandaogo Damiba (Elorriaga, 2022). De esta
forma, la ausencia de políticas eficientes para contrarrestar dicho desafío a la seguridad genera reacciones desfavorables entre la población.
En segundo lugar, existe una marcada percepción de desigualdad relacionada con el acceso a oportunidades de empleo y educación. Tal como expone Maclean (2022), un porcentaje importante de la población considera que las élites políticas han absorbido los recursos económicos de sus países, mientras que los ciudadanos de a pie viven en la pobreza y sin una educación de calidad. De hecho, el número de multimillonarios africanos ha crecido exponencialmente, pero los beneficios de esta riqueza se han quedado en muy pocas manos. Desde 1990, el número de personas en situación de pobreza ha aumentado en 50 millones (Byanmiya, 2017). Esto desencadena un resentimiento entre los ciudadanos, lo que puede llegar a ser el caldo de cultivo para la radicalización política y los consecuentes golpes de Estado.
¿Una lucha contra el neocolonialismo francés?
La influencia de Francia en la región juega un papel fundamental. Si bien las élites políticas de países como Níger han gozado de los privilegios del patrocinio francés, la presencia de la potencia sigue despertando animosidad en la sociedad civil. Su relación con los golpes de Estado cobra sentido si se tiene en cuenta que todos los países donde han ocurrido dichos levantamientos militares en los últimos cinco años son excolonias francesas. En ellas, Francia sigue teniendo injerencia, directa o indirecta, incluso después de la descolonización. Por tal motivo, algunos investigadores llegan argumentan que el colonialismo solo se reinventó, pero las dinámicas opresivas que derivan del mismo siguen muy presentes (Dite et al., 2021; Yardim, citada en Ersen, 2023). Esta característica no es únicamente discursiva, sino que se materializa en instituciones coloniales que siguen vigentes, tanto en la política como en las economías nacionales. Un ejemplo de lo anterior es la persistencia del franco CFA, una moneda controlada por el tesoro francés y utilizada por 14 países africanos, incluyendo a Burkina Faso, Gabón, Níger y Malí. Actualmente, su impresión y convertibilidad a otras monedas sigue estando mediada por el Banco de Francia (Gozzer, 2019), lo cual pone en duda la soberanía económica de estos países. Las principales beneficiadas son las empresas francesas, que han logrado “enormes réditos económicos” de varios países que tutelaba (Mateos, citado en Rey, 2023). De esta manera, la sobreexplotación de recursos como el uranio, el petróleo y el coltán por parte de las corporaciones occidentales se ha convertido en la nueva forma de colonizar.
Por tanto, Soler (citado en Rey, 2023) considera que se ha privado a África de la posibilidad de llevar a cabo su propia industrialización, imposibilitando la generación de empleos de calidad, riqueza y desarrollo. Igualmente, la relación entre los líderes políticos franceses y las élites políticas africanas generó varios escándalos de corrupción (Cheeseman y Mbulle-Nziege, 2023) deslegitimando cada vez más a sus gobiernos y la política exterior francesa.
Por motivos como estos, los movimientos golpistas han incorporado el sentimiento antifrancés en sus discursos para asegurar el apoyo popular, responsabilizando a Francia por sus condiciones de vida. Igualmente, denuncian el respaldo francés al ascenso de gobiernos autoritarios o insatisfactorios (Adetayo, 2023). Por ejemplo, el depuesto líder de Níger, Mohammed Bazoum, era considerado por los opositores como un títere al servicio de los intereses de Francia, lo que llevó a la deslegitimación de su gobierno (Paredes, 2023). El resultado de esta estrategia está en las masivas manifestaciones populares en apoyo a las juntas militares y en rechazo a la intervención de Francia.
Por ende, para algunos ciudadanos, los golpes militares presentan posibilidad de “recuperar” la soberanía que les ha sido arrebatada durante décadas, a la vez que denuncian el neocolonialismo que impregna las relaciones francoafricanas. De acuerdo a sus demandas, los nuevos gobiernos de facto han rechazado las políticas apoyadas por sus predecesores. En el caso de Burkina Faso, Traoré suspendió un acuerdo militar que permitía la presencia de tropas francesas en el país, y fueron retiradas. Por su parte, el nuevo primer ministro de Malí, Abdoulaye Maiga, acusó a Francia de perpetuar dinámicas “neocoloniales, condescendientes, paternalistas y revanchistas” con respecto a África y afirmó que “este movimiento era inexorable” ante la Asamblea General de Naciones Unidas (Deutsche Welle, 2022). Teniendo en cuenta la pasividad de líderes anteriores, este tipo de declaraciones representan un punto de inflexión en las interacciones entre la potencia europea y sus excolonias. Los golpistas y sus partidarios ven sus acciones como parte de un proyecto emancipador que lucha contra la Françafrique.
La democracia en tela de juicio
Todo lo anterior desemboca en una desilusión con la democracia. Tras adoptar los principios liberales democráticos, los recién independizados países africanos esperaban acercarse gradualmente a una sociedad más justa, representativa y próspera. Sin embargo, este no fue el caso. Al contrario, los ciudadanos africanos confían cada vez menos en la democracia como el medio más eficiente para gobernar. De acuerdo con una encuesta
realizada en 2022 por la red de investigación panafricana Afrobarometer, sólo el 44% de los africanos dicen que las elecciones pueden remover líderes que los votantes no desean. Además, una encuesta de 2023 reveló una disminución en la preferencia por la democracia en la región durante la última década, yendo del 73 al 68% (Adetayo, 2023). Esto se explica, entre otras cosas, por la incapacidad de las democracias africanas de cumplir las expectativas por las que fueron adoptadas en primer lugar. Tal como argumentan Campbell y Quinn (2021), la cultura política necesaria para mantener la democracia liberal ha sido débil durante la era postcolonial. Aún existen vestigios coloniales que se traducen en gobiernos autoritarios o semiautoritarios, clientelismo, corrupción, etc. Igualmente, los dividendos de la democracia siguen siendo cooptados por las élites minoritarias, impulsando así el apoyo a las juntas militares golpistas.
Uno de los síntomas más evidentes de las democracias fallidas en África es lo que Levitsky y Way (2004) llaman “autoritarismo competitivo”, que hace referencia a los regímenes híbridos en los que las instituciones democráticas pueden permitir el acceso al poder, pero hay un campo de juego sesgado (uneven playfield). Es decir, hay elecciones periódicas, pero no son transparentes; no existe un Estado de derecho homogéneo; las libertades políticas son restringidas; y/o la separación de poderes es de jure, no de facto. Dan Suleiman (2021) destaca que Hay al menos 14 países [africanos] en los que los presidentes en ejercicio han alterado los términos constitucionales para permanecer más tiempo en el poder, en poco más de una década. En otros cinco, los presidentes en ejercicio intentaron hacerlo, pero no lo lograron (párr. 5).
Además, el fraude electoral es una constante a lo largo de la región. Uno de tantos ejemplos es el de Gabón, cuyo antiguo líder, Ali Bongo, habría incurrido en estas prácticas con el fin de perpetuarse en el poder, ya que mantenía el cargo presidencial desde 2009. Bongo y su padre monopolizaron la política nacional por más de 50 años. En medio de este panorama, los militares representan una “alternativa no partisana” para el beneficio común de la nación, a diferencia de los líderes tradicionales (Mbulle, citado en Paredes, 2023).
Conclusión
La ola de golpes de Estado en África presenta una serie de implicaciones que afectan a todo el continente. Esta dinámica traspasa los límites geográficos de la región, ya que
impacta también los intereses geopolíticos y económicos de Estados poderosos como Francia. A modo de exhortación, se deben movilizar los recursos y el apoyo internacional para asegurar una verdadera ola de democratización en África, respetando su soberanía y su derecho a la autodeterminación. De esta manera, los ciudadanos tendrían garantías de seguridad y bienestar, al igual que una participación política justa. Para lograrlo, es necesario que los gobiernos africanos establezcan políticas que traten las causas estructurales de los golpes militares, reestructurando las instituciones existentes y eliminando todo vestigio del colonialismo.
Referencias
Adetayo, O. (2023, 1 septiembre). Season of Putsch: Why have coups become popular in Africa? Elections | Al Jazeera. https://www.aljazeera.com/features/2023/9/1/season-of-putsch-why-have-coups-become-popular-in-africa
Byanyima, W. (2017, 17 enero). ¿Puede África liberarse de la desigualdad? El País. https://elpais.com/elpais/2017/01/16/planeta_futuro/1484584060_255679.html
Campbell, J. y Quinn, N, (2021, 26 mayo). What’s happening to democracy in Africa? Council on Foreign Relations. https://www.cfr.org/article/whats-happening-democracy-africa#chapter-title-0-1
Cheeseman, N. y Mbulle-Nziege, L. (2023, 9 agosto). Golpe de Estado en Níger: Qué papel tiene el resentimiento contra Francia en la ola de golpes militares en África Occidental. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/c2l9yeeydnyo
Dan Suleiman, M. y Onapajo, H. (s. f.). Why West Africa has had so many coups and how to prevent more. The Conversation. https://theconversation.com/why-west-africa-has-had-so-many-coups-and-how-to-prevent-more-176577
Dan Suleiman, M. (2021, 24 septiembre). Towards a better understanding of the underlying conditions of coups in Africa. E-International Relations. https://www.e-ir.info/2021/09/24/towards-a-better-understanding-of-the-underlying-conditions-of-coups-in-africa/#google_vignette
Departamento de Seguridad Nacional. (2023, marzo). Índice Global del Terrorismo 2023: África, epicentro mundial de la violencia yihadista. https://www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala-prensa/%C3%ADndice-global-del-terrorismo-2023-%C3%A1frica-epicentro-mundial-violencia#:~:text=El%20Sahel%20es%20la%20regi%C3%B3n,est%C3%A1n%20en%20la%20regi%C3%B3n%20saheliana
Deutsche Welle. (2022, 24 septiembre). Mali’s military PM lashes out at France, UN. DW. https://www.dw.com/en/malis-military-pm-maiga-lashes-out-at-france-and-un/a-63228458
Dite, C., Pigeaud, F. y Samba, N. (2021, 26 abril). Africa: How France continues to dominate its former colonies in Africa. Committee for the Abolition of Illegitimate Debt. https://www.cadtm.org/Africa-How-France-Continues-to-Dominate-Its-Former-Colonies-in-Africa
Elorriaga, G. (2022, 22 octubre). Sahel, el Vietnam del desierto. El Correo. https://www.elcorreo.com/internacional/sahel-vietnam-desierto-20221023172040-ntrc.html
Ersen, T. (2023, 1 febrero). Macron’s remarks prove France still pursues colonial approach toward Africa: Turkish scholar. Agencia Anadolu. https://www.aa.com.tr/en/africa/macrons-remarks-prove-france-still-pursues-colonial-approach-toward-africa-turkish-scholar/2802928 Gozzer, S. (2019, 2 febrero). Qué es el franco CFA, la moneda africana por la que acusan a Francia de seguir «colonizando» África. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46960005
Levitsky, S., & Way, L. A. (2004). Elecciones sin democracia. El surgimiento del autoritarismo competitivo. Estudios Políticos, (24), 159–176. https://doi.org/10.17533/udea.espo.1368
Maclean, R. (2022, 1 febrero). Seis golpes en cinco países africanos: ¿Qué está pasando? The New York Times. https://www.nytimes.com/es/2022/02/01/espanol/golpes-de-estado-africa-burkina-faso.html
Paredes, N. (2023, 4 septiembre). Golpes de Estado en África: Por qué hay una ola de alzamientos militares en el continente. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/ce7wzl37p7no
Rey, M. (2023, 2 septiembre). La sombra del colonialismo francés, en los golpes de Estado en África. RTVE.es. https://www.rtve.es/noticias/20230902/colonialismo-frances-golpes-esta