ABC de la política exterior colombiana 2022-2026: las propuestas de los candidatos

En este orden de ideas, se puede decir que la urgencia de los temas de política interna, el poco conocimiento de política internacional o el sentimiento que ha trascendido sobre el papel nimio de Colombia en el exterior (Ricaurte, 2022), fungen como las principales razones que explican el desconocimiento de la política exterior. Lo cierto es que, sin importar la razón, la falta de discusión respecto a este tema y la subestimación de su importancia genera que las propuestas de los candidatos en este aspecto tengan menos desarrollo del que tienen otros apartados de sus planes de gobierno. Para llevar a cabo este análisis se expondrán a continuación los ejes sobre los cuales debe girar la propuesta de política exterior.

            Los temas de la agenda para el 2022-2026

El primer tema tiene que ver con el ambiente luego del fracaso de la COP 15 en Copenhague, y los modelos vinculantes en general, para crear acuerdos vinculantes en mitigación de cambio climático, fue la delegación colombiana quien propuso inicialmente el cambio de un modelo top-down a uno bottom-up. Eventualmente, esta propuesta a algunos países de Asia Pacífico se convirtió en la base del Acuerdo de París en la COP 21, basada en contribuciones voluntarias a través de los NDCs con ambiciones que progresivamente van aumentando. El gobierno Duque ha sido promotor del Acuerdo de Escazú, protector del Amazonas y líder en transición energética y electrificación en la región. Es precisamente gracias a la continuidad de este eje en la política exterior, que Colombia se ha convertido en un ejemplo ante la comunidad internacional en liderazgo ambiental. Del próximo presidente depende seguir con este objetivo de Estado para consolidar la influencia de Colombia durante las próximas rondas de negociación, que son cada vez más relevantes

Por su parte, otro de los temas tiene que ver con el servicio diplomático, dentro de la continuidad de propuestas que no han logrado materializarse a lo largo del tiempo, se encuentra la crítica directa hacia este. Parece ser un común denominador entre distintos gobiernos criticar al servicio diplomático y consular por el bajo porcentaje de diplomáticos de carrera, pero a su vez continuar con la práctica de nombramientos más políticos que meritocráticos. Como lo señala Arlene Tickner: “Aunque los temas internacionales nunca han sido plato fuerte de las campañas presidenciales, urge que éste ingrese al debate electoral (...) por lo que dice del nepotismo y la corrupción en el país” (Tickner, 2018).

Hace cuatro años la narrativa refleja en gran medida la de hoy, el presidente Duque prometió, en materia de política exterior, que Colombia tendría un máximo histórico en el posicionamiento de diplomáticos de carrera, perfeccionando el servicio diplomático, toda vez entendido este como un campo meritocrático (Gil, 2022). Sin embargo, tal propuesta, que logró llamar la atención de los que bien saben el arduo trabajo que conlleva alcanzar cargos diplomáticos por vías no políticas, desembocó en un mínimo histórico en diplomáticos de carrera.

Sin duda alguna, el compromiso con la paz es un aspecto que no debe quedarse por fuera de las consideraciones de los candidatos en política exterior. Con el actual gobierno se evidenció un descuido en la implementación del Acuerdo de Paz, donde el cumplimiento de lo pactado no fue una prioridad. A raíz de esto, Colombia tiene un desafío con la paz, ya que con la firma del Acuerdo el país sobresalió en el escenario internacional porque de todos los procesos de paz que se han dado en el mundo, el de Colombia es el único de Latinoamérica (Reyes, 2016). Marcando así un hito en la historia de la promoción de la paz en la región. Colombia sigue teniendo dentro de la agenda la tarea de continuar y preservar el proceso de paz, a su vez, esto representa una oportunidad para en cuanto al papel que puede jugar en la esfera internacional, ya que es un escenario en el que Colombia puede ejercer liderazgo. Por ello, se espera que los candidatos que aspiran a la presidencia demuestren compromiso con el cumplimiento del Acuerdo de Paz y con la diplomacia para la paz.

Ciertamente, el posicionamiento de Colombia en la región no ha sido la prioridad número uno de los gobiernos recientes, muchas veces se deja de lado que su importancia recae en el fortalecimiento del desarrollo conjunto en pro de objetivos comunes en distintos ámbitos, para los cuales es necesario no concentrarse únicamente en la relación con Estados Unidos. Sin embargo, los candidatos parecen interesarse, en términos generales, por el fortalecimiento e integración de organismos multilaterales como la CAN, MERCOSUR, CEPAL, etc., manifestando la pretensión de encaminar a Colombia hacia el liderazgo regional en materia política, económica, y social. Quizás el mayor debate funge de si restablecer, o no, relaciones diplomáticas con Venezuela, a lo cual los candidatos, en su mayoría, han mostrado su iniciativa por establecer canales de comunicación directos entre Bogotá y Caracas, trabajar por asegurar los derechos de los migrantes y dar continuidad al Estatuto Migratorio impulsado por el gobierno Duque.

El siguiente tema tiene que ver con Estados Unidos, puesto que históricamente la política exterior colombiana ha estado ligada a la relación con ese país, algo mejor conocido como respice polum. Esta doctrina de la política exterior fue formulada por el canciller -luego presidente- Marco Fidel Suárez después de la pérdida de Panamá. El postulado principal del respice polum sostiene que, debido a la posición geopolítica debilitada de Colombia, es sensato dar un giro a la política exterior y estrechar las relaciones con la potencia del norte, Estados Unidos (Bermúdez, 2010). Luego de que esta orientación fuese implementada como principio rector de la política exterior, Colombia ha estado ligada la mayor parte de su historia contemporánea a los intereses estadounidenses (Dallanegra, 2012). Por esta razón, para presentar una propuesta de política exterior, es necesario que los candidatos presidenciales, más allá de su posición ideológica, sean claros respecto al futuro de las relaciones con Estados Unidos. Si se plantea una orientación que no tenga en cuenta dicha relación y los compromisos vigentes del país por cuenta de ella, no se avanzará de forma regular en los demás aspectos que conforman la política exterior.

En la agenda debe estar presente el tema de las drogas, esto ya que la política exterior colombiana se ha caracterizado en varios periodos por su alta securitización y narcotización. Desde los gobiernos de Pastrana y Uribe se potenció la percepción del narcotráfico como amenaza a la seguridad nacional, declarando una "guerra contra las drogas" que promovió la "intervención por invitación" de Estados Unidos. Con esta estrategia, Estados Unidos adquirió una alta influencia en la toma de decisiones en cuanto al tema de las drogas (Tickner, 2009). Es así como ha predominado la visión prohibicionista de las drogas, de hecho, según lo mencionado por Vera y Pastrana (2019), con el gobierno de Duque se evidenció una "resecuritización parcial" del narcotráfico. De esta manera, es clave conocer cuál es la postura de los candidatos en cuanto a la forma en que se debe llevar esta "lucha antidrogas", ya que esto define el talante de la relación con Estados Unidos y la influencia que tendría la potencia norteamericana en el contexto doméstico colombiano.

Como siguiente tema está la cooperación en seguridad. Los retos a los que se enfrenta Colombia en materia de seguridad militar, tienen la particularidad de estar inmersos en redes criminales transfronterizas que sobrepasan las capacidades de las autoridades domésticas competentes. El narcotráfico, principal fuente de financiación de las estructuras ilegales en el país, ha demostrado ser un problema imposible de solucionar adecuadamente sin la cooperación en seguridad e inteligencia con países de la región. La falta de cooperación en seguridad regional desde la desarticulación del TIAR debe cambiar, especialmente ahora que los países están replanteando sus relaciones con Estados Unidos y su lugar en el continente.

La migración fue el tema por excelencia del gobierno actual, el país ha atravesado una de las olas migratorias más extensas y numerosas de la región en toda su historia, la política migratoria ahora permea no solo las zonas fronterizas de Colombia sino todo el territorio. Esto, sumado a la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela, configura otro de los ejes que deben ser transversales para la política exterior del próximo gobierno. El Estatuto Temporal de Protección a Migrantes Venezolanos ha sido celebrado por toda la comunidad internacional como una postura progresista e integral para la protección de los derechos humanos durante esta ola migratoria, además, le ha servido al gobierno de Iván Duque para mostrarse como líder regional en el asunto, a pesar del fracaso de su estrategia del cerco diplomático.

Por último, la perspectiva de género en la formulación de la política exterior se ha convertido en uno de los temas más importantes en los últimos años. La propuesta parte de la base de las desigualdades históricas entre hombres y mujeres y busca avanzar hacia la igualdad de género en el plano internacional (Gobierno de España, 2022). Debido a que este es un aspecto en el que cada vez más países asumen una posición, para la política exterior colombiana es pertinente ser un medio para cerrar las brechas de género si se pretende ser coherente con la práctica interna en este asunto (Tokatlian, 2018).

            Propuestas en política exterior de los candidatos presidenciales

En la siguiente tabla se muestra en resumen las posiciones de cada candidato frente a los temas expuestos anteriormente. En verde se encuentran las propuestas que aparecen en el plan de gobierno de forma profunda y aterrizada. En amarillo están las propuestas que solo se mencionan de manera superficial y en la que no se explica cómo se llevaran a cabo. Por último, en rojo están los temas que no aparecen en la política exterior propuesta por los candidatos.

En primer lugar, en el plan de gobierno de Federico Gutiérrez se mencionan tres ejes principales para la política exterior: modernización de la diplomacia; cooperación técnica y financiera contra el narcotráfico; y la protección de la integridad territorial, la cooperación fronteriza y la integridad regional. La modernización de la diplomacia se basa, según su plan de gobierno, en la diplomacia pública, un concepto vago sobre el cual no se profundiza en el resto del plan; la diplomacia científica para promover la investigación en seguridad y temas medioambientales; y la diplomacia comercial. Su segundo eje sigue el enfoque de seguridad que permea todo el plan de gobierno, busca alcanzar de nuevo el apoyo bipartidista de Estados Unidos y mejorar la cooperación regional en seguridad. Adicional a esto, maneja un discurso de apoyo a la aspersión aérea con glifosato y en contra a la regularización de la marihuana recreativa; posicionando a Colombia como un país comprometido en la guerra contra las drogas. El tercer eje abarca una gran cantidad de temáticas de forma general. Sin elaborar mucho ninguno de los puntos, explica que va a defender el territorio nacional de las pretensiones de cualquier Estado o tribunal incondicionalmente de su veredicto, va a fortalecer gabinetes binacionales existentes y elevar a gabinetes las comisiones de vecindad. Por la misma línea, pretende aumentar la presencia Estatal en todos los pasos fronterizos con Centros Nacionales y Binacionales de Atención Fronteriza para trámites migratorios, manteniendo en pie el Estatuto Temporal de Protección a Migrantes Venezolanos.

Complementando estos tres ejes, el plan de gobierno de Gutiérrez menciona en otros ejes que velará por una mayor veeduría internacional a la aplicación del acuerdo de paz, la protección de los derechos humanos, el aumento del turismo internacional y dejar a Colombia como centro regional de innovación e inversión en tecnología para la información y la comunicación. De los temas que se identificaron como fundamentales en política exterior, Federico Gutiérrez incluye 5 de 9 en su plan de gobierno con propuestas aterrizadas. Para los temas de ambiente y paz se mencionan propuestas complementarias, pero no se incluyen como ejes en la política exterior de su gobierno. La profesionalización del servicio diplomático y el enfoque de género están completamente ausentes del plan de gobierno. 

En segundo lugar, al estudiar el plan de gobierno de Gustavo Petro es posible evidenciar una gran solidez en cuanto a los temas relacionados con el medio ambiente, la paz, las drogas y la migración. Dentro de estos temas, predomina lo ambiental y lo relacionado con la paz, para lo cual el candidato propone una Agenda internacional para la lucha contra el cambio climático y la paz. En cuanto a lo ambiental, se busca posicionar a Colombia como país líder en la lucha contra el cambio climático, señala que se mantendrá el compromiso con los acuerdos de las cumbres climáticas. A su vez, en materia de comercio exterior se revisarán y renegociarán los tratados de libre comercio con el fin de mejorar la productividad teniendo en cuenta sus implicaciones ambientales, así como velar por la protección del medio ambiente. En relación con la paz, menciona que será de gran importancia la cooperación con las organizaciones internacionales y los otros Estados en pro de la construcción y mantenimiento de la paz, tanto a nivel interno como a nivel regional.

Por otro lado, Petro se aleja del enfoque prohibicionista de las drogas para impulsar la defensa de la regulación de las plantas de coca y cannabis, y sus usos derivados. Asimismo, se opone a la aspersión aérea con glifosato y señala que se prohibirá esta actividad, ya que tiene en cuenta sus consecuencias en materia de salud pública y en materia ambiental. En relación con la migración se evidencia una defensa en la protección de los derechos de los migrantes, en especial de los venezolanos, un aspecto a destacar es que se menciona que se promoverá la integración de los migrantes venezolanos en la sociedad colombiana y la protección de sus derechos. Sin embargo, sus propuestas de política exterior no profundizan en el servicio diplomático, la cooperación en seguridad ni en las relaciones con Estados Unidos y con la región, si bien se mencionan aspectos sobre estas temáticas, las propuestas se abordan superficialmente. En cuanto a las relaciones regionales y con Estados Unidos, el candidato habla sobre mantener la cooperación con ese país y sobre la importancia de la unión de los países latinoamericanos y del restablecimiento del Pacto Andino.

En tercer lugar, el candidato Rodolfo Hernández demuestra centrarse en un ámbito mayoritariamente económico; su aproximación inicial hacia la política exterior envuelve al gasto de dinero ‘innecesario’ y sus propuestas se reducen a cómo reducir el gasto en el servicio exterior del país. Hernández muestra a través de su plan de gobierno una iniciativa clara encaminada a fortalecer las relaciones regionales y organismos multilaterales en pro de fortalecer a Colombia como un líder latinoamericano, sin mencionar respaldo alguno de los Estados Unidos.  Sumado a esto, propone normalizar las relaciones, al menos comerciales, con todos los países con los que se haya tenido una ruptura, incluyendo a Venezuela. También menciona la necesidad de profesionalizar el servicio diplomático, pero no ahonda en cómo se hará o si esto se verá afectado por la reducción del gasto burocrático. Por su parte, los temas concernientes a la paz, drogas, ambiente, las relaciones con Estados Unidos, cooperación en seguridad, migración y género están completamente ausentes de su plan de gobierno.

Por último, Sergio Fajardo presenta en su plan de gobierno propuestas estructuradas en temas como ambiente, busca promover medidas vinculantes para su protección, fomentar la cooperación transamazónica y oceánica, y que de esta forma Colombia pueda convertirse en un líder internacional en la protección del medio ambiente. En cuanto a las relaciones regionales, plantea un “relanzamiento” de varias organizaciones como la CAN, Mercosur, ALADI y la CEPAL, sumado al fortalecimiento del proceso de integración regional y la normalización de relaciones con Venezuela. De igual forma, temas como la migración y las drogas tienen propuestas sustentadas y aterrizadas, la primera mantiene la línea de protección a migrantes del gobierno Duque y la segunda propone avanzar hacia la legalización y el aprovechamiento económico que se puede obtener de esta. A esto se suma un enfoque de género, algo innovador para la política exterior, en este apartado propone la búsqueda de igualdad en representación, oportunidades y derechos para las mujeres como un eje de su propuesta.

No obstante, la propuesta de política exterior omite por completo el tema de los acuerdos de paz o su implementación, no menciona un repunte de la estrategia de diplomacia para la paz o un tipo de promoción de la paz en Colombia a través de medios externos. Así mismo, no hay mención a la cooperación en seguridad para atender el aumento del crimen trasnacional. En cuanto a la relación con Estados Unidos, no hay una propuesta desarrollada más allá de la ampliación de la agenda, que no especifica los temas nuevos para las relaciones de ambos países. Finalmente, a pesar de que menciona la modernización y profesionalización del servicio diplomático como ejes de su propuesta, no profundiza en este aspecto ni explica cuáles serán los mecanismos para llevarla a cabo.

            Conclusiones

Después de la evaluación de los temas que serán importantes para el próximo gobierno y de las propuestas de política exterior de los candidatos presidenciales, se puede evidenciar la disparidad de enfoques que tiene cada uno. Es relevante señalar esto, ya que es una muestra de que la política exterior seguirá teniendo un enfoque ideologizado y presidencialista, que responderá a intereses autopercibidos más que a una visión estatal del papel de Colombia a nivel internacional. Federico Gutiérrez tiene a la seguridad como eje rector de su plan de gobierno, con pocas propuestas planteadas fuera de esta visión. Si bien tiene propuestas de protección del medio ambiente, no están vinculadas con la política exterior. Por su parte, la propuesta de Gustavo Petro gira en torno a la paz y el medio ambiente, principalmente, en lo que se destaca el posicionamiento de Colombia como líder ambiental. En cuanto a Rodolfo Hernández, su política exterior no abarca los temas propuestos, más allá de un planteamiento superficial respecto al servicio diplomático y las relaciones con la región. Su enfoque está asociado completamente a la disminución del gasto de la Cancillería. Por último, Sergio Fajardo plantea una propuesta centrada en el liderazgo regional y el fortalecimiento de las relaciones regionales, aunque deja por fuera el tema de la paz. Es destacable que se trate de la única en propuesta en política exterior que cuenta con una perspectiva de género.

Bibliografía

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