Reseña "The sex factor: How Women Made the West Rich"

En primer lugar, en Prosperidad se cuenta la historia desde una postura “censurada” y posteriormente desde una “sin censura”. En la primera parte, para Bateman es muy importante aclarar que Europa no siempre fue una gran potencia. Con base en un resumen de la historia económica general desde la prehistoria, la autora demuestra que el éxito de occidente nació hace poco, de hecho, ella explica que se dieron muchos avances que Europa únicamente acopló en países orientales como China e incluso en África. ¿Qué evento permitió a Europa liderar la economía mundial hoy en día? La respuesta es simple: la revolución industrial. Según este relato, ese acontecimiento marcó una reorganización del éxito económico en el globo terráqueo. Para finalizar esta parte, la autora plantea cinco lecciones importantes que este reconocido discurso histórico deja a la humanidad: los mercados son necesarios, pero no suficientes para sostener la economía, las instituciones políticas son fundamentales para definir el éxito de cada nación, es necesario tener libertad dentro y fuera del mercado, salarios altos son buenos para el crecimiento y comprender porque se detiene el crecimiento. Sin embargo, en el desarrollo de cada lección se cuestiona si estos lineamientos sumamente conocidos y usados en el área de la economía son realmente efectivos y justifican el gran crecimiento económico de Europa. La respuesta es dada en la segunda parte: la libertad de las mujeres es el elemento fundamental que define el éxito. Bateman muestra la historia poniendo a las mujeres como actor principal. Históricamente las mujeres europeas han tenido mayores libertades que las mujeres de otras partes del mundo. Esta libertad permitió dos aspectos muy importantes para el surgimiento económico: el control de la natalidad y mayor participación en el mercado. Cuando las mujeres tienen la libertad de decidir cuándo casarse y cuando tener hijos los nacimientos disminuyen y permiten que el dinero sea más eficiente. Por otro lado, la libertad permitió la posesión de propiedades y la participación laboral femeninas en varios mercados (aunque mal remunerada) lo cual contribuyó a la mano de obra existente. Todas estas condiciones que precedieron la revolución industrial permitieron a Europa despegar económicamente.

En segundo lugar, en Desigualdad se busca mostrar que la desigualdad de género ha estado presente en toda la historia (y requiere acciones) a través de 3 relatos: la historia de la lucha de las mujeres por sus derechos en el siglo XX, la importancia de la autonomía corporal femenina respecto al crecimiento económico y la lucha por el reconocimiento, respeto y normalización del uso del cuerpo femenino. Primeramente, se menciona que la industrialización tuvo como consecuencia un sindicalismo que representaba los intereses masculinos y que resultó en que la idea del “hombre proveedor” se implantara nuevamente como modelo social. Según se menciona, los economistas alentaron esta noción e incluso celebraron el poder masculino para combatir las injusticias laborales. No obstante, más adelante pudieron ver como el crecimiento económico se redujo en gran medida, es allí cuando se plantea la importancia de combatir la desigualdad como parte fundamental del éxito económico. En suma, el texto cuenta que la pobreza y la desigualdad de género están entrelazadas. La falta de libertad de las mujeres y la constante violación a sus derechos han producido economías poco eficientes. El poder que estas tiene sobre la fertilidad y su participación laboral en el mercado son fundamentales para impulsar el crecimiento. Básicamente, si el trabajo se distribuyera equitativamente y el entorno social incentivara la participación de las mujeres en el mercado (ya sea desde la economía del cuidado o en la producción), las naciones serían capaces de combatir la pobreza. Por eso, para Bateman resulta urgente la libertad femenina sobre su propio cuerpo. Después, la autora nos habla de la relevancia que tiene a futuro reconocer el trabajo femenino mediante el cuerpo. Bateman resalta que en un futuro las modelos, la vestimenta y las trabajadoras sexuales deben ser vistas con normalidad y debe reconocerse su papel en la economía a partir de la dignificación de su labor. Reconoce este como el mayor reto a futuro para alcanzar la equidad de género. En conjunto, estos tres relatos componen una línea de tiempo que demuestra la importancia de nunca dejar de trabajar en la equidad de género por el bienestar económico de las naciones.

A continuación, Estado es un capítulo que muestra el Estado y la economía no son contrarios bajo dos condiciones: el mercado no puede ser visto únicamente como un modelo matemático que busca eficiencia y el reconocimiento del estado de la diversidad. Para
comenzar, la autora explica que el mercado no es perfecto y debe ser estudiado como tal. Las suposiciones que se realizan desde la economía distorsionan la realidad del mercado. Simular un mercado con consumidores homogéneos es un error enorme: la riqueza del mercado está en la diversidad. La verdadera utilidad del consumidor está en la libertad de explorar el mercado permitiéndose ser el mismo. Según Bareman, cuando los economistas exploren la heterogeneidad del mercado, van a tener un modelo efectivo. El reconocimiento de la igualdad de derechos de las mujeres, personas LGTBIQ+ y personas afrodescendientes es sumamente importante para entender porque no todos los mercados surgen igual cuando se cambia su posición geográfica. Finalmente, Bareman comenta como el estado debe incluir todos los puntos de vista para tener un panorama claro que permita elegir objetivos acertados. La consolidación del estado y de sus instituciones no debe ser opuesta a la economía, por el contrario, los países exitosos tienen estados que trabajan de la mano con el mercado. El problema del Estado está en ignorar la variedad de sus naciones. El libro menciona que recientemente las feministas han señalado que las reformas estructurales no han considerado los efectos que pueden ocasionar frente a la equidad de género. Para que el estado pueda trabajar por un beneficio colectivo real, debe empezar a tener en cuenta a los grupos histórica y socialmente excluidos.

Finalmente, en Humanidad se cuentan tres relatos claves para entender como el campo de la economía ha sido ciego frente a las implicaciones de sus decisiones con relación a las desigualdades de género: la historia de la individualidad, los humanos vs robots y la economía en relación con el feminismo. Primero, la individualidad surge para cambiar completamente la dirección de los estudios económicos. A partir de este sentimiento de necesidades individuales surge lo que hoy conocemos como estudios macroeconómicos y microeconómicos, es decir, estudios enfocados a como las decisiones del consumidor individual afectan de manera colectiva (ya sea en el mercado o a un nivel macro) la dinámica de la economía. Sin embargo, esta nueva ola de sentimiento de individualidad generó que la economía creara supuestos que unificaron a la población en un sujeto idéntico con sed de capitalismo y utilidades alejadas de la realidad. En el segundo análisis, Bateman resalta que los economistas cada vez se asemejan más a los robots por su cualidad de simplificar y limitar a las personas en el estereotipo del hombre consumidor o empresario. Por último, se menciona que desde el feminismo la economía es una ciencia llena de profesionales egoísta cuyo principal problema es que someten a los individuos al abandono del cuerpo, la familia y la sociedad.

El texto comparte criticas muy importantes a los modelos clásicos de la economía. Afirmar que la libertad femenina está fuertemente legada al crecimiento económico es correcto.

En el texto “Las mujeres de Colombia, sus derechos, sus deberes” de las profesoras Jaqueline Blanco y Margarita Cárdenas, se discute la relación entre los acontecimientos históricos y la libertad de las mujeres, este documento demuestra la existencia del patrón que conecta el desarrollo de las naciones con la libertad que les dan a sus mujeres. En el caso de Colombia, los relatos independentistas tienen como protagonistas a muy pocas mujeres. Blanco y Cárdenas cuentan como las mujeres participaron activa y pasivamente en la lucha independentista y, sin embargo, en la elaboración de la constitución de 1821 (que perduró hasta 1991) no existió un reconocimiento a los derechos femeninos. Hoy en día, la búsqueda de la equidad de género es una lucha vigente que atraviesa múltiples procesos legales, sociales, culturales y políticos. La desigualdad de género de Colombia ha afectado severamente su crecimiento económico. Los sesgos culturales no permiten que la nación tenga un desarrollo optimo.

Pese a que el texto toca temas sumamente relevantes, en mi opinión, la aprobación del trabajo con el cuerpo femenino es un error. Es correcto que hay estereotipos que deben desaparecer frente a la vestimenta de las mujeres y trabajos basados en el uso del físico (como el modelaje). Sin embargo, la labor de las trabajadoras sexuales debe desaparecer. La autora argumenta que hay muchas mujeres que pertenecen a este mercado por decisión propia, no obstante, la sexualización y comercialización del cuerpo femenino es un tema de suma gravedad que no debe trascender a la normalización. Los cuerpos de las mujeres no pueden ser un mercado. Según Elvira Villa, las mujeres que ejercen esta labor "voluntariamente" realmente tienen sobre ellas el peso de sostener familias con padres ausentes, pobreza y necesidades (2010). Si bien no se debe criticar la situación de prostitución, debe trabajarse en combatirla porque no se pueden normalizar las decisiones tomadas bajo presiones ocasionadas por un sistema económico y social patriarcal que promueve la desigualdad de género.

Por otro lado, los Estados deben empezar a pensarse como una institución encargada de dos cosas: conocer perfectamente su población y trabajar en beneficio a ella a partir de sus características. Un gran desacierto es pensar que un modelo económico aplicado a un país rico puede tener en mismo éxito en un país en vía de desarrollo. En realidad, cada país necesita de un modelo único para utilizar sus características de manera óptima no solo en los modelos matemáticos, sino también en cuanto a la creación de una sociedad que dignifique la vida humana. Es necesario que la economía y el Estado trabajen simultáneamente en el reconocimiento de la importancia cultural para optimizar los recursos de cada país.

En conclusión, las mujeres vamos a forjar una nueva ola de pensamiento económico que sea mucho más cercano a la realidad: consumidores diversificados, un modelo político económico inclusivo y la globalización de la importancia de la equidad de género. Esto va a traer grandes crecimientos no solo para las mujeres, sino también para el bienestar colectivo de la nación.

Referencias

Villa Camarma, Elvira. (2010). Estudio Antropológico en torno a la prostitución. Cuicuilco, 17(49) 157-179. Recuperado en abril 05 de 2022 de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0185-16592010000200009&lng=es

Blanco, Jaqueline, y Cárdenas, Margarita (2009). Las mujeres en la historia de Colombia, sus derechos, sus deberes. Prolegómenos, 12(23), 143-158.

Bateman, V. (2019). The sex factor: How women made the west rich. (1.a ed., Vol. 1). Polity Press.