Fast Fashion y la esclavitud: una relación estrecha
Autoras: Catalina Hernández Calderón
Estudiante de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, miembro del grupo CERI - Universidad del Norte
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Resumen: En el presente artículo se busca explicar el concepto y las características del Fast Fashion en cuanto a los impactos sociales que tiene en el mundo. Asimismo, introducir las particularidades que este fenómeno tiene en Asia, siendo esta la región más afectada. Concretamente, el artículo se basa en los sucesos ocurridos en China, India y Bangladesh, exponiendo la naturaleza esclavizante de esta industria que promueve la explotación laboral, la esclavitud, la violación de derechos, y donde ningún gobierno ha generado reformas para regular las condiciones laborales de millones de trabajadores de la industria. Igualmente, se busca exponer las diferentes violaciones que viven los trabajadores, dando a entender la necesidad de intervención estatal y la restricción a compradores de cientos de empresas que utilizan al Fast Fashion como una forma de producción de su ropa.
Palabras clave: China, Bangladesh, esclavitud moderna, Fast Fashion, India, trabajo forzado.
Introducción
Fast Fashion es el proceso de diseño, producción y comercialización que se centra en la fabricación de grandes volúmenes de prendas utilizando réplicas de tendencias y materiales de baja calidad, para reducir el mayor número de costos y así vender al menor precio posible. El Fast Fashion ha cambiado la forma en la que se consume y se produce la ropa a nivel mundial. Con la apertura económica de China, Bangladesh e India, se dio origen a una industria que permite vender grandes cantidades de ropa con una producción a precios muy bajos; este mecanismo es prioritario en Asia ya que en otros continentes no existe la posibilidad de producir las mismas cantidades a tan pequeños costos. Según un artículo publicado en How Much (2019), el 59.8% de las exportaciones globales de vestimenta salieron de países Asiáticos. De estos, China es el principal productor con 158 billones de dólares, seguido por Bangladesh con 33 billones y en sexto lugar India con 17 billones, siendo estos 3 países los principales en la industria del fast fashion. Su única característica no es el bajo costo, sino su accesibilidad, puesto que todos pueden obtenerlo desde cualquier parte del mundo. Esto lleva a ver al fast fashion como la globalización de la industria textil, donde todos acceden a él sin darse cuenta ya que las marcas de ropa más comunes mundialmente son parte de estas. Según Forbes (2019), compañías como Zara, Stradivarius, Forever 21, H & M, Lacoste, Gap, Victoria 's secret entre otras, hacen parte de la industria del fast fashion. Estas marcas cuentan con miles de tiendas a nivel mundial, volviéndose accesibles en cada país, lo que logra evidenciar al fast fashion como un proceso global de comercialización.
El problema de esta industria recae en lo poco sostenible que es y la sistematica violación de derechos que se produce en sus operarios, ya que, para fabricar una mayor cantidad de ropa a precios muy bajos, se hacen necesarios millones de trabajadores que son vulnerables y explotados, aprovechádose de sus necesidades económicas. Los operarios de esta industria principalmente en China, India y Bangladesh son víctimas de jornadas extensas de trabajos que no son remuneradas, así como de malas condiciones de sanidad y explotación laboral. Tanto así, que por muchos es denominado la esclavitud de la actualidad.
- Esclavitud
Según el informe Global Slaveey Index de Walk Free Foundation (2018), las fábricas de textiles son una de las fuentes más comunes de esclavitud en los últimos años. La ropa dentro del fast fashion es producida por las personas más pobres y vulnerables del mundo, convirtiendo a estos trabajadores en víctimas de la esclavitud moderna, ya que, aunque pareciera que esta prácica se encuentra erradicada, en la industria textil sigue siendo una realidad. La esclavitud moderna se refiere a situaciones en las que una persona (o una entidad comercial) ha quitado la libertad a otra persona. Su libertad para controlar su cuerpo, para elegir su trabajo o para dejar de trabajar en entornos inseguros o de explotación. Incluye delitos como la trata de seres humanos, el trabajo forzado, la servidumbre por deudas y el uso del trabajo infantil (Sanz, 2019). Se puede evidenciar como la esclavitud moderna se encuentra en la industria de diferentes formas que inlcuyen los abusos físicos y mentales, pasando por los regímenes de trabajo obligado que los empleadores mantienen por deudas creadas a sus trabajadores mediante promesas falsas, y también las diferentes amenazas que los trabajadores sufren si deciden denunciar las condiciones laborales o formar sindicatos.
Tomando como referencia el GSI (2019), se evidencia que Asia es la región con el mayor número de víctimas, con un conteo de 6.1 víctimas por cada 1000 habitantes. La región registró el mayor número de víctimas en todas las formas de esclavitud moderna, en especial, la que se encuentra ligada al trabajo forzoso.
En el fast fashion se manejan diferentes técnicas de trabajo forzoso. Se utilizan promesas falsas para atraer a los trabajadores, ayudar con la dote del matrimonio a las mujeres, pagar la educación de sus hijos entre otros. Los empleadores los engañan con un monto de dinero que luego no es pagado y se les crean deudas por las supuestas ayudas. Asimismo, según el documental Maquinas de Jain, R. et al. (productores) y Jain, R. (director) (2017), a menudo a los trabajadores se les mantiene en planes de aprendizaje para que las fábricas no tengan que pagarles adecuadamente o darles derechos legales. De igual manera, se engaña de diferente forma a los empleados para no pagarles la suma de dinero acordado. Este es un tipo de tráfico blando ya que, aunque las personas no han sido secuestradas, físicamente no tienen otra opción más que seguir trabajando. Eso pasa en la industria textil. La mayoría de los trabajadores no son forzados u obligados a trabajar pero necesitan desesperadamente dinero para mantenerse, por eso no denuncian las agresiones por miedo a ser despedidos, ya que muchas otras personas también necesitan ese puesto de trabajo. Además, los trabajadores de la confección se enfrentan regularmente a abusos verbales y físicos. En algunos casos, cuando no cumplen su objetivo diario el cual es prácticamente inalcanzable se les castiga de diferentes formas ya sea mediante golpes, insultos o incluso sanciones como no permitir beber agua.
Estos trabajadores saben que no pueden escapar del trabajo o mejorar sus condiciones laborales si no se crea una unidad de trabajadores o un sindicato, situación que es irreal en esta industria ya que están totalmente prohibidas las uniones de trabajadores e incluso es peligroso ya que pueden ser sancionados.
En la mayoría de estas fábricas, a los trabajadores de la confección no se les permite formar sindicatos para defender sus derechos colectivamente (Sustain your style, s. f.). Las fábricas también amenazan y agreden físicamente a los miembros de los sindicatos o los despiden con total impunidad, lo que no anima a los empleados a formar sindicatos.
2. Explotación laboral
El trabajo en la industria del fast fashion es una forma de explotación laboral, entendiendo este término como el tipo de prácticas abusivas, extendidas y naturalizadas que rara vez son denunciadas, perseguidas o sancionadas (Pacecca, 2011). En la industria esta se evidencia en las desigualdades entre el empleado y el empleador, entendiendo que estas no se traducen únicamente en una esfera social, sino que se maneja una coexistencia económica, donde el empleador necesita producir al menor costo el mayor número de prendas y el empleado, debido a su necesidad económica, acepta trabajar sin ningún tipo de regulación o acuerdo legal, llegando a aceptar incluso terribles condiciones laborales y graves violaciones de los derechos humanos, situación que se aprovecha para aumentar jornadas laborales y producir más. Las condiciones laborales dentro de la industria no se encuentran en los rangos normativos, legales o incluso tolerables de lo aceptado a nivel internacional o incluso según los derechos al trabajador escritos por la OIT. El primer factor que evidencia la explotación laboral se refleja en los largos turnos que realizan estas víctimas. Muchos de ellos empiezan a trabajar a las 8 de la mañana y terminan a las 8 de la noche realizando jornadas de 12 horas. Este tipo de situación no es tolerable en muchos países donde las jornadas laborales permitidas son máximo 8 horas al día. Incluso durante estas jornadas no se les permite tomar recesos y las veces para ir al baño son contadas o incluso nulas y almorzar es un lujo que muchos no se pueden dar. Estos turnos laborales no son fijos ya que si el empleador necesita exportar mayor cantidad no hay ninguna regulación que le niegue esto y si algún trabajador quiere expresar su disconformidad simplemente es despedido. Jain, R. et al. (productores) y Jain, R (director)(2017). Lo anterior se puede ver reflejado principalmente en las temporadas altas, donde los trabajadores suelen verse obligados a trabajar durante 14 o 16 horas al día los 7 días de la semana para cumplir con los plazos de exportaciones
3. Condiciones de salud y sanidad
Tanto en India como en China y Bangladesh las condiciones de salud y sanidad son precarias para los trabajadores, haciendo que su trabajo no sea únicamente difícil sino peligroso. Sobre todo, en Bangladesh donde ya han ocurrido diferentes accidentes que han provocado la muerte de cientos de trabajadores según Textil (IAF), localizada en países bajos, la cual declaró que “las condiciones de trabajo locales son inapropiadas, resaltando la falta de medidas de seguridad y salud laboral” (Como se citó en Téllez, 2020)
Al tener jornadas extensas de 12 horas sin tiempos o pausas para descansar o comer los trabajadores suelen llegar a la fatiga donde los desmayos son comunes y no hay puestos de enfermería para medicinas. Asimismo, muchos trabajadores tienen que caminar horas para llegar a las fábricas y deben padecer la intensidad sonora de las máquinas de confección que les provoca migrañas. Debido al calor habitual de las fábricas y la inhalación de partículas de los tejidos, los empleados suelen presentar diferentes problemas físicos como visión borrosa o dolor en la espalda, condiciones que son totalmente inaceptables en cualquier forma de trabajo. Los empleados suelen trabajar sin ventilación, respirando sustancias tóxicas, inhalando polvo de fibras o arena en edificios inseguros. Los accidentes, incendios, lesiones y enfermedades son muy frecuentes en los centros de producción textil.
Estas mismas jornadas llevan a muchos de sus trabajadores a vivir prácticamente en las fábricas. En el documental Máquinas se observa como muchos de ellos duermen en cualquier lugar de la fábrica acostándose en las pilas de tela y muchos de ellos parecen muertos en vida (Meseguer, 2018).
Lo preocupante es que, pese a que la situación laboral de los trabajadores de este tipo de industria ha mejorado comparado con años anteriores, estos siguen enfrentando diferentes carencias donde el acceso a la seguridad social o pólizas de seguros por accidentes son nulos. Lo que es un problema ya que la mayoría de los edificios donde se encuentran las fábricas tienen estructuras antiguas con construcciones defectuosas y precarias redes eléctricas, lo que ha llevado a múltiples desastres como lo que pasó en Bangladesh en 2013, donde un derrumbe del Rana Plaza provocó la muerte de 1134 trabajadores de la confección en Dhaka (Bangladesh). Asimismo, otro accidente importante fue el incendio en una fábrica de Nueva Delhi (India), que dejó 42 muertos y 64 heridos. Esta se suma a las numerosas tragedias ocurridas en industrias de esta región ocasionadas por las precarias condiciones de seguridad (Olazábal, 2018)
4. Salarios
El fast fashion viola el derecho que toda persona que trabaja tiene a una remuneración equitativa y satisfactoria OIT (2009), ya que incluso cuando los trabajadores realizan turnos de hasta 12 horas, no hay una remuneración equitativa de ese trabajo debido a que en los 3 países presentan altos índices de salarios por debajo del salario mínimo. Además, según el informe de la OIT (2017), en la mayoría de los países fabricantes como China, Bangladesh e India, el salario mínimo representa entre la mitad y la quinta parte del salario digno.
Un salario digno es lo mínimo que necesita una familia para cubrir sus necesidades básicas, lo que evidencia el bajo nivel de salarios que estos empleados llegan a ganar ya que ni siquiera se les garantiza el salario mínimo. También hay que tener en cuenta que cada país tiene diferentes niveles económicos lo que hace que en un país sea un salario digno en otro no lo sean. Dentro del fast fashion los empleados ganan menos de lo que realmente necesita una persona para vivir con dignidad. Por ejemplo, según una infografía realizada por Clean Clothes Campaign (2014) titulada salario mínimo vs. salario digno, explica con un informe las diferencias en montos económicos del salario digno en un país versus lo establecido por el gobierno de esos países como un salario mínimo, evidenciando que en China, Bangladesh e India el salario mínimo está muy debajo del salario digno, con datos más exactos el salario mínimo mensual en China son 174.60 euros y el digno es de 376.07 euros. De igual forma, en Bangladesh el salario digno es de 259.80 y el salario mínimo es de 49.56 y por último en India el salario digno es de 195.30 euros y el salario mínimo es de 51.70 euros. Por lo tanto, este informe nos muestra que los países tienen establecido como salario mínimo un monto muy inferior del cual los ciudadanos deberían ganar, en la industria del fast fashion los empleados ni siquiera ganan el mismo, estas cifras ayudan a dimensionar el bajo dinero que reciben estas personas en comparación a las largas jornadas que realizan. Así mismo, ningún empleado firma acuerdos o contratos laborales que estipulan el salario establecido por un número de horas determinado, lo que provoca que muchas veces les obliguen a trabajar horas extra y no les den posibilidades de exigir pagos por esas horas. De igual manera, los pagos suelen retrasarse por espacio de un mes mientras las empleadas son constantemente penalizadas por no entregar a tiempo el trabajo.
Conclusión
La industria del fast fashion es un fenómeno que ha crecido enormemente. El bajo nivel de precios y su accesibilidad ha creado un fenómeno que permite que las personas compren ropa con las últimas tendencias a menores precios en todas partes del mundo, pero la realidad es que nuestra ropa sigue fabricándose donde los derechos de los trabajadores son casi inexistentes. Esta realidad se ve ignorada a nivel global, ya que las marcas de ropa más usadas y comercializadas en el mundo hacen parte de esta industria sin mostrar al público cómo se fabrica. La realidad del fast fashion es completamente negativa, comprar una prenda de este tipo de industria es seguir apoyando la explotación laboral de millones de personas a nivel mundial. Por lo tanto, es importante conocer las condiciones en las que viven los trabajadores para así entender el impacto negativo que está teniendo esta industria en el mundo. Es difícil que este fenómeno se acabe prontamente ya que la industria de textiles es la fuente principal de ingresos de muchos países y es un factor determinante en la economía global, pero no debe ser a costa de la vulnerabilidad de los trabajadores. Por esta razón, hasta que la sociedad no deje de apoyar este tipo de marcas y los gobiernos no regulen las condiciones laborales, millones de personas seguirán sufriendo de abusos y esclavitud que incluso podrían llevarlos a la muerte.
Referencias
Clean Clothes Campaign. (2014, May 1). Living Wage versus Minimum Wage. https://cleanclothes.org/livingwage-old/living-wage-versus-minimum-wage
Forbes. (2019, 9 diciembre). Bershka, C&A, Zara y otras «fast fashion» están en la mira de la Profeco • Negocios •. Forbes México. https://www.forbes.com.mx/bershka-ca-zara-y-otras-fast-fashion-que-estan-en-la-mira-de-la-profeco/
HowMuch. (2019, December 19). The Investment of the Decade: Bitcoin vs. World’s Megacorps. https://howmuch.net/articles/biggest-companies-vs-bitcoin-last-decade-performance
Jain, R et al (productores) y Jain, R (director). (2017). Máquinas. Alemania
Meseguer, A. (2018, 11 enero). La dura realidad que esconde el ‘fast fashion’. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/cultura/20180111/434198848911/machines-dura-realidad-fast-fashion-industria-textil-india.html
OIT. (2017). Informe Mundial sobre Salarios 2016 / 2017 La desigualdad salarial en el lugar de trabajo (N.o 1). Organización Internacional del Trabajo. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/publication/wcms_541632.pdf
Olazábal, V. M. (2018, 24 abril). Cinco años del derrumbe del Rana Plaza: logros y cuentas pendientes en la industria textil de Bangladesh. EL MUNDO. https://www.elmundo.es/internacional/2018/04/24/5adf0ca6e2704e18538b461a.html
Pacecca, M. I. (2011). TRABAJO, EXPLOTACIÓN LABORAL, TRATA DE PERSONAS. Categorías en cuestión en las trayectorias migratorias. REMHU - Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, 19(37), 147–174. https://www.redalyc.org/pdf/4070/407042014009.pdf
Sanz, D. (2019, 7 noviembre). 7 ejemplos de esclavitud moderna: tipos de explotación humana. Ayuda en Acción. https://ayudaenaccion.org/ong/blog/derechos-humanos/ejemplos-esclavitud-moderna/
Sustain your style. (n.d.). Working Conditions in the Fashion Industry. SustainYourStyle. Retrieved 8 April 2021, from https://www.sustainyourstyle.org/old-working-conditions
Téllez, K. J. G. (2020, 31 agosto). Bangladesh: el lado oscuro de la “fast fashion”. Crea Cuervos. https://creacuervos.com/bangladesh-el-lado-oscuro-de-la-fast-fashion/
Walk Free Fundation. (2019). The global slavery index 2018. https://downloads.globalslaveryindex.org/ephemeral/GSI-2018_FNL_190828_CO_DIGITAL_P-1617853976.pdf