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El Llamado desesperado de Christchurch

El Llamado desesperado de Christchurch El Llamado desesperado de Christchurch

Por: Santiago Giraldo Heredia
Maestría en Asuntos Internacionales
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad Externado de Colombia
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Internet ha evolucionado hasta convertirse en un espacio de intercambio y difusión de la información y del conocimiento, llegando a ser un medio de acercamiento y expresión para los usuarios, pero también una herramienta mundial de democracia como el movimiento #metoo o la primavera árabe. Sin embargo, internet se ha convertido en una plataforma relevante para los usuarios malintencionados como los “heaters” o incluso para los mismos terroristas, quienes atemorizan cada vez a más personas, a partir de la difusión de actos violentos o de su propia propaganda, creando así “en todo el mundo un clima de temor a una amenaza terrorista omnipresente.” (Oficina de las Naciones Unidad contra la Droga y el Delito, 2013). Este es el caso del asesinato en la ciudad de Christchurch en Nueva Zelanda, en el cual murieron 51 personas y el mismo fue retransmitido a través de Facebook Live durante 17 minutos (de la misma manera en que se emiten videos en directo por Youtube o “Periscope” con artistas, políticos o empresarios), produciendo así temor y violencia, en vivo y en directo, para todos los usuarios mundiales del internet.

Dos meses después de dicha masacre, el presidente francés Emmanuel Macron, y la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, movilizaron en Paris a un gran grupo de jefes de Estado y de Gobierno, así como a organizaciones internaciones, directores de empresas y organizaciones de Internet, para reaccionar contra los contenidos terroristas y extremistas violentos en línea, por medio de una iniciativa que llamaron “L’appel de Christchurch” (El llamado de Christchurch), el cual busca que los diferentes gobiernos y las empresas del sector tecnológico, eliminen los contenidos terroristas y extremistas que se encuentren en línea y de manera ágil, rápida y segura (Ministerio de Relaciones Exteriores y de Europa, 2019). Sin embargo, en un mundo que cada vez brinda mayor conectividad, acceso a Internet, así como la facilidad para la creación de contenidos y su viralización, se plantea un nuevo desafío para los actores de la gobernanza mundial, ¿Tendrán todos los Estados los medios y capacidades para lograr unirse a esta iniciativa?

Entre el año 2003 y el año 2005, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), modificó la definición de gobernanza de internet, ampliando el concepto y centrando la atención en la conectividad a Internet del mundo entero como un objeto de gobierno (MacLean, D. (2004) y Mueller, M. (2010) citados por Muller, M. (2017)). A partir de ese momento, la gobernanza de Internet dejó de ser dominada por la comunidad técnica y le dio paso a una comprensión diferente, en la cual se incluyeron dominios de políticas como la regulación del contenido, la configuración de la conducta en plataformas a gran escala, la neutralidad de la red, el comercio de servicios de información y la ciberseguridad (WGIG, (2005) y DeNardis, L. (2014) citados por Muller, M. (2017)).

A un mes de haberse lanzado dicho llamado, el panorama no es muy claro. Si bien este desafío es global, también es tecnológico, legal y social. Por un lado es tecnológico, ya que no todos los Estados están al mismo nivel en acceso, tecnología y capacidad de controlar los que ocurre en Internet, también es legal puesto que no existe una jurisdicción que se pueda aplicar a los actores transnacionales -como es el caso de las ocho empresas de servicios en línea más importantes del mundo que han apoyando esta iniciativa y que en varios casos mantienen una autoridad igual o superior frente a otras naciones-, y finalmente social, pues si no se conoce y se entiende la gravedad de un problema y si no hay un acompañamiento educativo y de acción social al interior de cada país, no será fácil prevenir y evitar el daño, sino que por el contrario, se seguirá actuando una vez el mensaje, la foto o el video haya sido publicado y se haya considerado como violento o terrorista.
 
Lo cierto es que al no poderse producir un documento jurídico de reglamentación multilateral que controle los actos de violencia y terrorismo en las redes sociales, que además no vulnere la libertad de expresión -equilibrando los abusos de la misma-, y que tenga en cuenta que no todos los actores cuentan con los mismos medios para reaccionar y ponerle fin a este tipo de actos, el llamado de Christchurch se convierte en un intento desesperado y de impotencia por controlar y ayudar a resolver un desafío dentro del Sistema Internacional que aún no termina por adaptarse a la acelerada evolución, temporalidad y viralidad de Internet.

1. Heater es una palabra anglosajona que se utiliza en internet para definir a las cuentas o los usuarios de una red social que difunde mensajes negativos para hundir la reputación de una persona, una empresa o cualquier tipo de organización.
2. FacebookLive es la herramienta de streaming de Facebook que permite sus usuarios, no importa desde que lugar del mundo estén, compartir videos en vivo con su comunidad.
3. Periscope es la herramienta de streaming de Twitter que permite a sus usuarios, no importa desde que lugar del mundo estén, compartir videos en vivo con su comunidad.

Referencias

Cooke, H. (15 de mayo de 2019). L’“appel de Christchurch”, ou le pari risqué de Jacinda Ardern à Paris. Recuperado de https://www.courrierinternational.com/article/au-programme-aujourdhui-lappel-de-christchurch-ou-le-pari-risque-de-jacinda-ardern-paris

Ministerio de Relaciones Exteriores y de Europa. (2019). Appel de Christchurch. Recuperado de https://www.appeldechristchurch.com

Ministerio de Relaciones Exteriores y de Europa. (2019). Llamamiento de Christchurch para eliminar el contenido terrorista y extremista violento de la red (15 de mayo de 2019). Recuperado de https://www.diplomatie.gouv.fr/es/asuntos-globales/diplomacia-digital/eventos/article/llamamiento-de-christchurch-para-eliminar-el-contenido-terrorista-y-extremista

Mueller, M. (2017). Is cybersecurity eating internet governance? Causes and consequences of alternative framings. Digital Policy, Regulation and Governance, (6), 415. Recuperado de https://basesbiblioteca.uexternado.edu.co:2327/10.1108/DPRG-05-2017-0025

Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. (2013). El Uso del Internet con fines terroristas, p-10. Recuperado de https://www.unodc.org/documents/terrorism/Publications/Use_of_Internet_for_Terrorist_Purposes/Use_of_Internet_Ebook_SPANISH_for_web.pdf

Rincón, A. (16 de mayo de 2019) El "Llamado de Christchurch", la campaña internacional para frenar el terrorismo en Internet. France 24 en Español. Recuperado de https://www.france24.com/es/20190515-christchurch-terrorismo-internet-ardern

Rosemain, M., Paul, K. (15 de mayo de 2019) Facebook limita transmisiones en vivo y EE. UU. se ausenta de acuerdo contra odio en redes. Reuters. Recuperado de https://lta.reuters.com/articulo/facebook-nuevazelanda-idLTAKCN1SL2UE

Untersinger, M., Piquard, A. (10 de mayo de 2019) Comment Emmanuel Macron veut « responsabiliser » les réseaux sociaux. Le Monde. Recuperado de https://www.lemonde.fr/economie/article/2019/05/10/comment-emmanuel-macron-veut-responsabiliser-les-reseaux-sociaux_5460407_3234.html

Photo by Marcus Spiske on Unsplash

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