Autor: Juan Fernando Palacio
Profesor de Relaciones Internacionales, UPB Medellín, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
No todo es plata… ni oro, ni bronce.
No nos digamos mentiras: los Juegos Olímpicos y otros mega-eventos deportivos están plagados de críticas y escándalos. En las últimas décadas los costos de los juegos se han disparado para los países y ciudades anfitriones, algunos procesos de selección de sedes han sido cuestionados por sobre exigencias o por falta de transparencia y cada vez son más comunes los estudios que subrayan los efectos negativos de estos eventos en materia de sostenibilidad, de desviación de recursos de otras metas que serían más apremiantes, entre otras críticas. A eso se le suma que los gobiernos, tanto del país anfitrión como de los demás, siempre encuentran maneras de instrumentalizarlos políticamente, con lo que los puristas dirán que se les pierde algo de su magia.